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CAMBIEMOS EL RUMBO DEL PAIS




POR TULIO PIMENTEL

El contexto global  expresa  signos  acelerado de crisis  en el sistema capitalista con distintas manifestaciones en lo económico, social, político, militar, ambiental, ético y cultural, donde las fuerzas  dominantes ante el fracaso de las recetas neoliberales apelan a un reacomodo y  el retorno a políticas proteccionistas  el cual hacen acompañar de una narrativa “nacionalista” y  en  defensa de valores tradicionales como  familia, religión, idioma, el rechazo a los inmigrantes entre otros.

El posicionamiento al  interior de los países industrializados de fuerzas  retrogradas, derechistas y fascista va acompañado de constantes amenazas muy especialmente del  imperio yanqui  ante su declive y perdida  creciente  de hegemonía en la escena mundial.

La creciente influencia  tanto de China como de Rusia en el escenario internacional han servido de alguna manera de contrapeso a los designios del  imperialismo yanquis siendo a la vez  una clara señal  de la actual crisis global del sistema capitalista.

En  nuestro continente la articulación de la  ofensiva  del  imperio yanquis y las ultraderechas locales que usan como pretexto el tema de la corrupción y se aprovechan de los graves errores políticos y de gestión cometidos por varios gobiernos progresistas, provocándole serios reveses y derrotas mediante los  golpes blandos, la acción directa, la manipulación mediática y  hasta electoral.

A pesar de la crisis global capitalista, sus constantes reacomodos,  la ofensiva de la ultraderecha, los déficits y  derrotas en diversos escenarios de los regímenes pos capitalista y progresista, por donde quiera se mantiene  la resistencia de los pueblos contra el  capitalismo porque este es un sistema de explotación y opresión política que amenaza la vida de los pueblos y el planeta y que, solo con la conciencia  la organización la unidad  y la lucha firme del  bloque subordinado será posible derrotarlo  y  sustituido  por un nuevo paradigma sistémico tanto en lo económico, social, político, ético, cultural e institucional esencialmente democrático para todos y todas sus habitantes.

Debemos practicar siempre la solidaridad con todos los pueblos en lucha, pero teniendo claro que la mejor forma  de apoyar la revolución mundial es haciendo la revolución dominicana.





En ese marco y a propósito de los siete años de la gestión de Danilo Medina y a 15 en forma  continua de los  19 años que tiene el PLD en el poder  la situación del país es crítica y se complica cada día.

El gobierno nos entretiene con el  crecimiento de la economía, la estabilidad macroeconómica, incremento de las recaudaciones, gente que salen de la pobreza, miles de empleos generados, las visitas sorpresas, construcción y reconstrucción de centros escolares y de salud, viviendas, plantas eléctricas, línea del metro, teleférico así como también de la aprobación de muchas leyes y reglamentos para combatir la corrupción y por ahí sigue narrativa  del oficialismo y sus apologistas.

Sin embargo la realidad y opinión generalizada del pueblo trabajador  es que el  país va por muy mal camino donde el pesimismo y la incertidumbre se apoderan cada vez de una franja mayoritaria del cuerpo social y político de la nación dominicana.

El modelo económico neoliberal y político dominante basado principalmente servicios, no  garantiza  bienestar ni tranquilidad al pueblo dominicano, de ahí los bajos índices de desarrollo humano y de competitividad del país  que en definitiva deben ser objetivos de toda política económica pública.

Así mientras dicen que la economía crece tenemos más del 40% de la población viviendo en la pobreza, un 30% de los jóvenes no trabaja ni estudia y la mayoría prefiere irse del país, en tanto que más del 60% de la población que trabaja no puede cubrir la canasta básica.

El modelo económico  vigente y sus continuos crecimientos no generan empleos productivos y de calidad se mantiene una tasa de desempleo superior al 14%, en tanto que  más del 59 % de los empleos existentes  son informales, donde tampoco  mejoran los salarios de los trabajadores, siendo el tercer país que menos salario mínimo se paga.

El anunciado crecimiento de la economía va de la mano  del crecimiento vertiginoso de la deuda publica la cual pasa de 4,460 millones de dólares en al año 2,000  a 46,600 millones en el 2018, teniendo que destinarse un alto porcentaje para el pago de intereses lo cual se traduce en una mayor dependencia tanto económica como política del país. A eso se agrega la política irresponsable de entregar nuestros recursos mineros a compañías transnacionales que se llevan todo dejando un enorme pasivo ambiental a las comunidades locales y al país en sentido general.

El modelo económico solo es funcional para las familias ricas del país las cuales cada año acumulan más riquezas  mientras que al pueblo no se le garantiza  agua potable, electricidad, seguridad ciudadana, pensiones y viviendas digna, servicios de transporte, salud y  educación de calidad.

En el caso de la salud  la situación es crítica dado la baja inversión de menos del 2% del PBI, cuando el promedio es de 4.5%  lo cual explica el desastre sanitario actual con alta mortalidad neonatal y  materna, muerte por accidentes de tránsito, los embarazos en adolescentes, prevalencia de enfermedades catastróficas, el sistema de salud y aseguramiento no es universal y solo favorecen a las ARS y AFP, se insiste en construcción y reconstrucción de establecimiento de salud pero no se invierte en promoción y prevención de la salud y de manera particular la puesta en marcha del primer nivel de atención y la creación de las unidades de atención primaria, con la cual seguro se evitarían las muertes por dengue de más de 20 niños en lo que va de año.
De igual manera la situación de la educación es digna de mejor suerte, pese a la inversión del 4% del PIB, se ha priorizado la construcción de centros y ampliación a tandas extendidas, pero el contenido y calidad sigue siendo malo como se demuestra cuando se compara con países de la región, además aquí opera mucha corrupción, clientelismo y las pretensiones del oficialismo de mantener el control del gremio magisterial.

En otro orden el país es sacudido por la delincuencia callejera, creando  un estado constante de zozobra e inseguridad a la ciudadanía, acompañado esto del narcotráfico, el incremento de la violencia de género y la alta tasa de  feminicidio.

Otro elemento que preocupa al país tiene que ver con el desorden migratorio manejado políticamente por el gobierno y empresarios que prefieren mano de obra indocumentada para su explotación, creando toda una población flotante que desvaloriza el mercado laboral local y genera una diversidad de potenciales conflictos con la población nativa.
A nivel político e institucional el país exhibe un modelo en abierto proceso de agotamiento, con una democracia limitada que se reduce a “votos y elecciones”, donde no existe real separación de poderes y la presidencia de la republica continúa siendo el centro que todo lo manipula y  controla. Donde la constitución sigue siendo un “pedazo de papel” modificable en cualquier momento para beneficiar al mandatario de turno y donde además abundan las leyes, al punto que tenemos leyes para todos las cuales se aplican según las conveniencias.


Nuestro país está lejos de ser un estado social democrático y de derechos, las instituciones están permeadas por la corrupción y la impunidad el nepotismo, e inoperancia para los que fueron creadas y por el clientelismo político. El caso de la corrupción e impunidad que involucra a funcionarios como a empresarios es tan grave que el país está en segundo lugar en la región de acuerdo al último estudio de Latino barómetro. 

En ese marco el sistema de partidos políticos en especial quienes han estado al frente del estado desde el 1966, al día  de hoy tienen la principal cuota de responsabilidad por la imposición del actual modelo económico antinacional como también por el modelo político e institucional poco democrático, excluyente y que no logra articular una mayoritaria voluntad ciudadana y popular alrededor de un proyecto de nación a tono con el siglo XX1.
En la medida que el modelo económico  genera pobreza y asimetrías sociales y el esquema de democracia representativa y sus instituciones se desconecta de la ciudadanía, que el poder constituido se coloca por encima del soberano, en esa misma medida crece la incertidumbre en la ciudadanía, por la falta de confianza en los políticos y partidos pero también  está latente y en ascenso un sentimiento de que algo importante debe y tiene que ocurrir en la republica dominicana.
La situación anterior lleva a muchos a plantear la idea de que urge re democratizar la democracia  en el marco de un amplio proyecto de refundación de la república dominicana. Y para que ese proceso se inicie hoy debemos detener y desmontar a tiempo al principal peligro nacional que en este  momento lo encarna políticamente el modelo económico y político  de gobierno impuesto al país por la cúpula del PLD durante casi 20 años.

Para cambiar el rumbo del país derrotemos  juntos a la maquinaria corrupta del PLD.




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