Crisis, coronavirus19 y revolución
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La crisis capitalista está en pie. Las bolsas de valores, Wall Street incluida, han caído. Las acciones de muchas empresas han perdido valor. El precio del barril del petróleo está casi en el suelo. Los trabajadores y el pueblo mal viven en este momento de coronavirus.
Pero el coronavirus no es causa de la crisis, aunque la agrava. La crisis existía antes de la pandemia. Más, esta puede contribuir a la salida de la crisis del capitalismo, si este impone sus intereses.
No es descabellada la hipótesis de que el coronavirus haya sido inducido como forma de guerra, precisamente en busca de solución a la crisis.
Es dura esta hipótesis, pero objetiva dentro de la naturaleza del sistema, especialmente en un momento de crisis y rivalidad imperialista.
La burguesía busca siempre la tasa de ganancia que le satisfaga. Invierte si, y solo si observa que va a tener una ganancia que valga la pena. Si esa tasa se reduce, cae por debajo del mínimo aceptable, entonces reduce la inversión y lo que sigue es una crisis. En general, esta es la tesis planteada por Carlos Marx en el Capital.
Entre paréntesis. Aquí habría que decir, que esto se da porque el sistema capitalista está atravesado por dos contradicciones esenciales; la primera, relacionada con la explotación a la clase obrera y trabajadora y la segunda, con la anarquía general de la producción. Conforme a esta última, el sistema produce un volumen inmenso de mercancías, porque cada capitalista produce sin tomar en cuenta lo que producen los otros, ni lo que realmente necesita la sociedad. Esa cantidad de mercancías no encuentra salida en el mercado; porque, conforme a la primera, la masa trabajadora no recibe como salarios el resultado de su trabajo, sino una parte ínfima y del grueso se apropia el capitalista; por lo que en la sociedad no hay ingresos suficientes para comprarlas. Cierra el paréntesis.
En ese contexto, cae la tasa de ganancia, se reduce la inversión, y sobreviene la crisis. Este es el modelo general en que se desenvuelve el sistema capitalista. Es el momento actual, en el que aparece el coronavirus.
El momento es de pelea. Porque sobrevivamos a la pandemia, y por la solución a la crisis; si esta será revolucionaria; o burgués- capitalista.
I.- Una breve revisión histórica.
1.- A finales del siglo XIX, hubo una caída de la tasa de ganancia y se dio la crisis capitalista, que condujo a la Primera Guerra Mundial. Esta guerra fue la solución a la crisis. El capitalismo logró la recuperación.
2.- De nuevo hubo otra caída de la citada tasa en 1929- 30, y se produjo la Gran Recesión. Esta fue el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Tras esta guerra, se produjo el Plan Marshall, una gran inversión de dinero público para restaurar la economía de Europa, liderada por los Estados Unidos de Norteamérica.
En este contexto se impuso en las academias y los gobiernos el pensamiento del economista inglés, John Maynard Keynes, que postula por el protagonismo del Estado, de la inversión y el gasto públicos ( educación, salud, viviendas, seguridad social, pensiones, infraestructuras, etc.), para generar empleos, incentivar el consumo y la demanda, y con estos poner en movimiento la oferta, la producción general.
El Estado de bienestar fue la solución.
3.- En los años 1970- 80, ese modelo entró en crisis. Se generó la crisis de la deuda. La tasa media de ganancia decreció, y volvió la crisis.
El keynesianismo, no pudo seguir siendo solución.
Apareció el neoliberalismo. El imperio del mercado. La privatización de todo lo público, se convirtió en la política para salir de la crisis, restaurar la tasa de ganancia y dinamizar la inversión privada.
Áreas donde lo público era lo principal (empresas, servicios de salud, seguridad social, educación, recursos mineros, etc), fueron privatizados. Se destruyeron sindicatos, y en muchos países, se prohibió la sindicalización de los trabajadores.
El sistema capitalista logró recuperarse sobre explotando a la clase obrera; reduciendo y congelando salarios; eliminando conquistas laborales; reduciendo servicios públicos; y abriendo campo a la inversión en áreas que antes eran de dominio público.
4.- Pero las crisis cíclicas, naturales del sistema capitalista, no desaparecieron. En 1998 hubo crisis. Fue superada.
La más conocida de los últimos años fue la del 2008. Fue superada imponiendo los gobiernos más sacrificios a los trabajadores y el pueblo, y disponiendo de dinero público para recapitalizar bancos y empresas.
El Estado volvió a ser solución. Pero dando a los bancos y las empresas dinero público, que sacó de las espaldas y los bolsillos del pueblo trabajador. Porque las empresas y servicios siguieron privatizados.
La crisis fue superada, pero de manera frágil, rodeada de peligros de volver a repetirse en el corto plazo.
II.- La crisis existía antes del coronavirus.
Como se ha dicho, la economía capitalista superó, la crisis del 2008. Haciendo uso del Estado, y cargándola a las espaldas de los trabajadores y el pueblo en general.
Pero lo hizo en un ambiente de peligros de volver a la crisis. En efecto, desde 2018, comenzaron a aparecer manifestaciones de problemas económicos. El crecimiento económico comenzó a reducirse en todos los países desarrollados. En 2019, Italia se declaró en recesión. Alemania, locomotora de la economía europea, tuvo un crecimiento económico de 0.1% en el primer trimestre de ese año. En casi todos los países europeos, hubo contracción de la actividad productiva.
Incluso China, redujo su crecimiento, y para este año 2020, la perspectiva prevista antes del coronavirus era de una tasa de 2% en su crecimiento; muy por debajo de los niveles de años anteriores.
El déficit fiscal de los Estados Unidos era el año pasado de 804 mil millones de dólares. Casi siete veces más que durante la crisis del 2008.
En el primer trimestre del 2019, la deuda externa global era el 350% del PIB mundial. Es decir, los países debían casi cuatro veces lo que producían. Una deuda, 80 billones de dólares más que la que existía en la crisis del 2008.
Entre 2019- 2020, crecía la tendencia a una nueva recesión de la economía capitalista; agravada por la competencia comercial entre China y los Estados Unidos de Norteamérica, cada uno de los cuales disponían medidas arancelarias para combatir al otro.
En resumen, la crisis económica capitalista ya existía antes del coronavirus. Este la agrava, y los gobiernos al servicio del capital harán esfuerzos para que la pandemia sea también la solución.
Una cuestión a destacar es, que la pandemia se produce cuando la mayoría de los sistemas sanitarios no puede dar respuesta eficiente y eficaz a la demanda de atención de las mayorías populares. Por una razón fundamental, habían sido desmantelados por la privatización neoliberal.
Aquí surge una demanda político-social urgente: ¡Atención sanitaria de calidad, masiva y pública! El Estado debe ser presionado a ese fin.
III. El problema a la luz de la economía marxista.
Lo que motiva al capitalista a seguir invirtiendo, es la perspectiva de obtener una ganancia. Invertirá mientras obtenga un nivel de ganancia que valga la pena. Si esa ganancia disminuye más allá de lo que es aceptable, cesa la inversión y llega la crisis.
Carlos Marx demuestra en el Capital que la tasa de ganancia es históricamente decreciente, por la misma naturaleza de la explotación y la anarquía de la producción capitalista.
La tasa de ganancia resulta de una división del valor en dinero de la plusvalía, entre el valor en dinero de las fuerzas productivas (maquinarias y fuerza de trabajo, que es capital constante y capital variable).
Así las cosas, en tiempos de crisis, el capitalismo busca recomponer la tasa de ganancia destruyendo fuerzas productivas. En la historia económica, las principales causas de destrucción de fuerzas productivas, o de búsqueda de solución a las crisis, han sido las guerras, las epidemias y las pandemias.
El coronavirus está destruyendo el principal componente de las fuerzas productivas, que es la fuerza de trabajo. Genera desempleo en gran escala, y de esa manera desvaloriza el salario. Además, elimina prestaciones y otras conquistas laborales. Mucho desempleo, es desvalorización del salario. Eso hace posible que la ganancia del capital sea mayor.
Y así las cosas, la plusvalía es mayor, y menor la suma de capital constante y capital variable (porque los salarios y prestaciones laborales son más bajos).
La tasa media de ganancia se recupera de esta manera.
Si seguimos con atención las medidas de los gobiernos y las actitudes de los empresarios en medio de la crisis del coronavirus, observamos que ponen en primer plano el endeudamiento público y las restricciones laborales y sociales en general.
En resumen, el coronavirus es una situación que obliga a la protección de la vida. Pero es también una ocasión para la disputa en torno a cómo superar la crisis del sistema capitalista,
IV - Disputa entre tres opciones. En realidad dos.
¿Cuál será el rumbo de solución de la crisis?
La revolución siempre será nuestra opción. Tenemos que proponérnoslo en concreto. En el discurso y el trabajo día a día.
Las crisis, periódicas, y de cada vez más breves períodos de recuperación, nos dan sobrados argumentos teóricos, y hechos de afección a las masas trabajadoras y populares en general. En estas circunstancias la propaganda y la agitación revolucionarias ganan mayores auditorios.
La crisis es una posibilidad de revolución. Esta es más cierta que en circunstancias de normal desenvolvimiento del capitalismo; y cuanto más, en la medida en que esta crisis son más drásticas las medidas que imponen los gobiernos al pueblo en busca de lograr la recuperación de la tasa media de ganancia del capital.
Pero es una pelea, teórica y práctica, con las teorías y los esfuerzos del capital para imponer su rumbo y reeditarse como sistema. Este tratará de prevalecer su esencia, cualquiera que sea la forma que adopte.
Puede insistir en las políticas neoliberales, de centralidad del mercado; haciendo provecho de dinero público aportado por el Estado. Como hizo frente a la crisis del 2008.
Y podría también declarar el fin "del capitalismo salvaje", limando poco, o mucho, su forma neoliberal, de predominio del mercado; para dar un mayor protagonismo al Estado en el desenvolvimiento económico, y retomar así sea de manera limitada la política de "bienestar".
El capitalismo es una esencia, de explotación a los trabajadores; y puede garantizar su lógica de acumulación de diversas formas, unas más salvajes que otras; pero siempre garantizando la acumulación.
La organización y la lucha de los trabajadores han sido, son, y serán determinantes en lo que siempre ha resultado de las crisis.
En circunstancias, condujeron a salidas revolucionarias a las crisis. La revolución de octubre en Rusia de 1917; o los regímenes de democracia popular en Europa del Este, en el contexto de la segunda guerra mundial posterior a 1945. Por ejemplos.
En otras, lograron importantes reivindicaciones sociales y laborales, como en el llamado Estado de bienestar, en otra parte de Europa, y en los mismos Estados Unidos de Norteamérica.
En otras circunstancias, la crisis devino en regímenes fascistas, para imponer políticas de recuperación del capital; y en otras, no llegaron a este tipo de régimen, pero si comportaron altos niveles de represión policial y política. El Chile de Augusto Pinochet, es un ejemplo de lo primero. Perú, Colombia, México, Argentina, en gradaciones distintas, son ejemplo de lo segundo.
En República Dominicana, se dividió, y/ o fue cooptado el movimiento sindical para abrir paso a las orientaciones del FMI, y luego al mercado y las privatizaciones. Aunque también ayudó la falta de claridad en la respuesta desde la perspectiva de lo popular.
Aquí estamos otra vez. La organización y lucha de los trabajadores y demás sectores populares, determinará el rumbo y salida de la crisis actual.
Para eso tenemos que tener claridad teórica respecto a lo que ocurre en el sistema capitalista y sobre las leyes y categorías de la revolución. Así como una resuelta disposición a estar en el centro, cuanto mejor, al frente, de la lucha de los trabajadores y el pueblo.
Nota: Será enriquecido con datos que muestren el descenso de la tasa media de ganancia. Son difíciles de encontrar. Pero hay tendencias que ayudan a graficar el tema.
Santo Domingo, D. N. República Dominicana.
3 de abril, 2020.
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