Entre la insalubridad, “ratas” y
“cucarachas” se preparan supuestamente los alimentos en la cocina del hospital
regional universitario Jaime Mota, cuya denuncia fue sustentada por médicos y
empleados que laboran en diversas áreas de ese centro regional de salud, los
cuales pidieron a Salud Publica clausurarla por la falta de higiene.
Después
del periodista Omar Medina acceder por la puerta principal de la cocina, el
director Santo Beltré impidió el curso de la investigación, alegando que esa
área es restringida solo para el personal de salud, expuso que se encuentra en
construcción, mientras que no hay señales de que haya sido intervenida por la
Oficina Ingenieros Supervisora de Obras del Estado (OISOE), porque hace tres
meses que los trabajos de remoción de ese centro fueron paralizados.
Antes
del encargado de la cocina y el chofer del director cumplir las
órdenes de cerrar la puerta y de “echar” hacia fuera al periodista
Medina, a fin de impedir el acceso a la investigación periodística en
curso, lo primero que se divisó fue una mujer echando una “siesta” sobre tres
sillas a la entrada de la cocina.
Luego se comprobó que el comedor
no funciona desde hace tiempo, cuya área deshabilitada está a menos de dos
metros de la cocina, divididas por una puerta de hierro oxidada, cuyo salón se
asemeja a un nido de “ratas” por el cúmulo de escombros y la suciedad que hay
allí.
La
situación se puso más dramática cuando quedó al desnudo el mal manejo de los
alimentos destinados a los enfermos, médicos, enfermeras, seguridad y otros que
comen allí, pese a ser un centro de salud, el personal de la cocina carece de
guantes, mandiles, gorros y mascarillas para proteger los alimentos de la
contaminación.
Las
herramientas y los utensilios no son la excepción, lucen en malas condiciones y
corroídos del oxido; el refrigerador está sucio por el interior y el
exterior se muestra oxidado y cayéndose a pedazos por la inclemencia del
tiempo. La estufa de fabricación casera tiene tres hornillas y se percibe sucia
de la grasa acumulada que desparraman de los carderos.
Mientras que el extractor dejó de
funcionar y los trabajadores de esa área no soportan el calor, el cual se
incrementa de forma exorbitante cuando preparan los alimentos, las tuberías que
sacan el caliente atraviesan unos plafones rotos con una gruesa tela de araña
negra por la falta de limpieza.
La
meseta y el fregadero se encuentran en condiciones críticas que deberían llamar
la atención de las autoridades de Salud.
Varios
médicos y empleados del hospital regional universitario Jaime Mota
establecieron de forma anónima que esa cocina no está en condiciones para
seguir suministrando los alimentos que consumen los pacientes porque no tiene
las condiciones, pidieron que sea cerrada automáticamente.
Explicaron que es una
irresponsabilidad de las autoridades de la Dirección Provincial de Salud
Pública no inspeccionar de cerca ese departamento y ordenar de manera inmediata
la suspensión de la preparación de los alimentos que ponen en riesgo a los
enfermos y al personal médico que los consume.
Cuando
el comunicador realizaba su trabajo de investigación fue impedido por el
director Santo Beltré, quien fue informado de la presencia de la prensa y de
inmediato se trasladó a la cocina acompañado de un cabo de la Policía Nacional,
el subdirector del centro y su chofer, quienes obstaculizaron la toma de datos
y las fotografías.
Tomada del nuevo diario
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