TRUMP-URIBE ATACARAN: PAREMOSLO
Por Héctor Turbi
Venezuela ha sido convenientemente convertida
en la excusa perfecta para las agresiones de la extrema derecha neofascista
latinoamericana e internacional y los medios a su servicio, pero no siempre las
cosas le han salido bien. Las élites se han tomado la libertad de desatar sus
guerras preventivas, los pueblos tenemos el derecho a la defensa preventiva a
favor de la paz y la vida.
A finales del 2018 estaban en la cima de su
ascenso con la victoria electoral de Bolsonaro en Brasil: En enero del 2019
vino la arremetida de Trump, Almagro, su grupo de Lima, su autoproclamado y la
Venezuela Bolivariana intento ser cercada por los Macri-Piñera y compartes, al
punto que Iván Duque aviso públicamente que “en las próximas horas
llegara la democracia”, ni siquiera en días, y por si faltaba algo
el rastrojo Ángel Lokward antiguo embajador dominicano en Bogotá
instó a Danilo Medina para que convenciera a Maduro de que se viniera exiliado
a la Republica Dominicana, según publicó para la fecha el periódico
Listín Diario.
EL CAOS DE VENEZUELA NO ES MAYOR QUE EN
ESTADOS UNIDOS
Lo que pasa en Venezuela es en buena medida
parte del caos mundial del capitalismo, pero el terror mediático y la guerra
híbrida no han podido doblegar al pueblo venezolano. En 2019 fracasaron y es de
suponer que ese fracaso, si no puede ser revertido, ha tenido y tendrá algunas
consecuencias para América Latina y El Caribe, para los propios Estados Unidos,
y en primer lugar, para Colombia.
De hecho, el pueblo colombiano se sumó en los
últimos meses del 2019 al conjunto de rebeliones populares contra la represión,
por el cumplimiento de los acuerdos de paz y los derechos de la población que
comenzaron a sacudir a nuestras naciones desde Puerto Rico y Haití, Hasta
Ecuador y Chile, pasando por Honduras y otros países centroamericanos,
acontecimientos que por cierto no se circunscribieron solo a nuestro
continente.
Esas rebeliones proporcionaron respiro a la
resistencia del pueblo venezolano y obligaron a las ultraderechas,
especialmente al uribismo colombiano a tener que prestarle más atención a sus
cartones, donde se le exigía a Duque que dejara a los venezolanos resolver sus
asuntos, que atendiera su rancho que estaba ardiendo, pues no había sido electo
para encargarse de los problemas de Venezuela, sino de los de Colombia.
La élite internacional ha construido un relato
dando a entender que Venezuela es el País más caótico del mundo, pero si a eso
vamos, el establishment estadounidense y en particular la actual administración
de la Casa Blanca encabezada por Trump han convertido a los Estados Unidos en
un país arrabalizado : En una nación rica como EU vive casi un millón de
personas en la calle sin hogares, cosa vergonzosa y casi 50 millones son
pobres, más del 60% de toda la población venezolana.
Pero pongamos solo dos o tres ejemplos del
caos que implica que Trump crea que puede manejar el mundo como si se tratara
de una de sus fincas personales en base a chantajes e ilegalidades:
1- Estados Unidos, Irán, Rusia, China,
Alemania, Francia, Gran Bretaña y la Unión Europea firman un acuerdo nuclear en
el 2015, el denominado Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) mediante el cual se
cancelaban sanciones al país persa a cambio de poner límites
precisos a su Programa Nuclear. Pues Trump, llega a la Casa Blanca y como si él
y su grupo estuvieran por encima del mundo entero, se retira del acuerdo,
reimpone sanciones a Irán y amenaza a los demás integrantes del Acuerdo con
sancionarlos también, un acuerdo que incluso fue asumido por el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, ¿Sera que los Bolsonaro, los Duque y
compartes que siguen al pie de la letra las locuras de Trump, tienen idea de
las implicaciones de ese comportamiento para el llamado derecho internacional?.
Que las instituciones de Estados Unidos no tengan capacidad para hacer que su
presidente respete los tratados internacionales es ya bastante, pero que Trump
se atreva amenazar a los países soberanos que mantienen ese o
cualquier otro acuerdo en pleno siglo XXI, es algo delirante.
2- Rusia y otros países europeos
construyen desde hace varios años un Gasoducto, el Nord Stream 2, para proveer
gas natural a varias naciones en particular Alemania, pues faltando un 10% para
terminarse esta obra costosísima, al señor Trump se le ocurre que hay que
pararla para que le compren a EU su gas de esquisto más caro y que si no se
acepta eso, le pondrá sanciones a diversos países soberanos y empresas. ¿Eso no
es un caos?
Trump retiro a EU del Acuerdo de Paris sobre Cambio Climático y ha patrocinado otro montón
de barbaridades en un cortísimo tiempo. ¿Son comparables los impactos del caos
internacional promovido por los Trumps con el caos de la situación de
Venezuela?, pues ni remotamente.
Aunque es innegable que en Venezuela hay
caos, parte importante de ese caos tiene que ver con el asedio a ese pueblo,
que se ha multiplicado en años recientes, pero que no es nuevo.
Nadie que este mínimamente informado de la
realidad internacional actual y la situación de Venezuela, desconoce que allí
no hay ningún reclamo dizque por la democracia y mucho menos por los derechos
humanos.
Se justifica el asedio a Venezuela alegando
que el 20 de mayo del 2018 se hicieron unas elecciones ilegítimas, pero Chávez
gano unas elecciones organizadas por la elite en 1998 y aun así le dieron un
golpe de Estado en el 2002 orquestado por la Casa Blanca de Bush II, el
gobierno de Aznar en España y la elite local; ¿también esas elecciones eran
ilegítimas?. En 2013 tras la muerte de Chávez, Maduro ganó unas elecciones que
aunque por poco margen sirvieron de justificación para encendidas rebeliones de
la extrema derecha dejando decenas de muertos ¿también ilegitimas?, ¿Cuáles son
las legítimas?.
La oposición venezolana gano de manera
aplastante las parlamentarias del 2015 y eso fue motivo para que dijeran que
Maduro tenía seis meses para renunciar, ¿Y entonces?, ¿Por qué se quejan de que
el chavismo desconozca a la oposición, si al menos la oposición más radical
nunca ha reconocido al chavismo?.
En Venezuela lo que existe es una lucha de
poder y una guerra híbrida. Un proceso de cambios de cualquier signo que no
pueda defenderse, no merece tal denominación, el punto es que las élites
satanizan a Maduro porque no se ha dejado tumbar, eso por su puesto no exime
los errores del Chavismo, pero es completa desorientación política de las
facciones que desde la izquierda equiparan al mismo nivel estos errores, con
los grupos de la ultraderecha que defienden abiertamente los intereses del
imperialismo.
Lo que querían hacer Leopoldo López, Juan
Guaidó con el apoyo de Trump y compartes en Venezuela fue lo que hicieron los
racistas en Bolivia, salir a quemar personas pobres a la calle, humillar
autoridades en medios de comunicación en tiempo real, amedrentar, ponerse de
acuerdo con los militares y recibir como recompensa el poder para el que nadie
los había elegido, toda la alharaca internacional es porque las fuerzas armadas
venezolanas y el pueblo movilizado ha impedido eso. Si fuera por democracia y
derechos humanos condenaran el caos y los crímenes en volúmenes de millones de
la elite estadounidenses y sus dictaduras en Oriente Medio.
De otro lado está plenamente documentado que
ya en julio y agosto del 2017, Trump tuvo reuniones con organismos de
inteligencia y sus equipos de asesores donde insistía en preguntar ¿Por qué no
estamos en Guerra con Venezuela, con todo ese petróleo ahí en nuestra puerta
trasera?
Durante todo el 2019 la administración de la
Casa Blanca y los medios hegemónicos internacionales se la han pasado profiriendo amenazas, pero el pueblo
venezolano heredero del ejercito libertador de Bolivar virtualmente cercado avisó
por múltiples canales que si querían intentar aplastarlo tenían que pelear, no
haciendo Bullyng, ni con Mike Pompeo diciendo que los militares no le cogen los
teléfonos o poniendo sus cajas de resonancia a repetir que los aviones rusos o
cubanos se llevan las familias de la dirección venezolana a vacaciones para
Punta Cana, convirtiendo el lenguaje de la diplomacia estadounidense en una
cloaca del bajo mundo.
Después del fracaso monumental de los Trumps,
Uribes, Almagros y su autoproclamado desde enero del 2019, es curioso que en
estos días una serie de artículos-propaganda formato Bullyng que han aparecido
en enero del 2020 vuelvan con la misma cantaleta del año pasado de que LLEGO
LA HORA.
Para otro campeón mundial de lo que
pasa en Venezuela, el señor Laureano Pérez Izquierdo director del diario
digital argentino Infobae, el título de su artículo del 25 de enero de este año
no puede ser más directo: DESESPERACION Y AISLAMIENTO: MADURO LA CUENTA
REGRESIVA. Este vocero empresarial de Guaidó y los rastrojos, sigue el
modelo de Trump, a quien el diario The Washington Post le detectó
16,200 mentiras en 3 años. Sin fuentes ni pruebas, hace una apología de la
superioridad de militares colombianos, estadounidenses y la sangre castrense de
Bolsonaro, al tiempo que con sus propias palabras afirma que el venezolano
es “un ejército desmotivado, desarmado,
hambriento y humillado”, y más aún refiere que en enero del 2020 “La
figura de Guido se agiganto” ¡Oigan eso Virgen Santa!, lo
que resulta incomprensible es como en esas condiciones no han ido a realizar su
paseo militar turístico y triunfal a Venezuela a exigir que le regalen el
poder, porque si hay una cosa que no pueden negar, es que ganas no le han
faltado con su estribillo de TODAS LAS OPCIONES SOBRE LA MESA. No
obstante, no estaría de más recomendarle al señor Laureano que como buen
periodista al menos trate de leerse los reportes de las atrocidades e
inmoralidades de los militares estadounidenses en Colombia, miremos algunas
aquí:
Todas esas historias se parecen mucho a los alaridos por el
tema de la migración entre Colombia y Venezuela, sin ni siquiera chequear los
datos de los organismos de la ONU que aun registran muchos más colombianos en
Venezuela, que venezolanos en Colombia, muy a pesar del inocultable éxodo de
los años recientes de la patria de Bolívar.
¿PORQUE TRUMP-URIBE QUISIERAN ATACAR?
Trump, quiere reelegirse y a pesar de todo el
alarde mediático, ni siquiera en el terreno de la economía interna donde ha
sido supuestamente su mejor desempeño puede presentar logros consistentes, para
no hablar de todos sus fracasos no solo en Venezuela, en Oriente Medio, Europa,
Corea del Norte y su guerra comercial frente a China, entre otros
temas. Sus pasos ahora por todos los lados buscan reforzar su base electoral,
el 2020 lo inició matando de manera desaforada e indignante a un alto cargo
iraní, proponiendo un tal acuerdo del siglo para el conflicto Israel –Palestina
en el que ni él mismo cree, para solo mencionar algunas de las locuras con que
el grupo neofascista de la elite estadounidense conduce a la humanidad a
riesgos sin precedentes por su hegemonismo egoísta.
A ese coctel de por sí ya explosivo, se
le puede sumar un escenario de eventual competencia
electoral para noviembre entre Trump-Sanders, opción para nada
descartable en medio de la polarización a que avanza la política
norteamericana. Si bien las propuestas de Sanders no rebasan las de la vieja
socialdemocracia del Estado de Bienestar Europeo, su base de apoyo en
la juventud insatisfecha con el capitalismo salvaje potencia la
radicalización de su movimiento, lo cual no es un dato menor en el contexto
estadounidense.
El caso del uribismo en Colombia no es mejor,
con el jefe de esta facción perseguido por la justicia de su propio país y su
incompetente presidente Duque asediado por las movilizaciones populares, los
escándalos de corrupción, represión, fosas comunes, exterminio de líderes sociales,
chuzadas, un nivel de aprobación que ya está por debajo del 20% y una oposición
política cada vez más activa.
A la facción Uribe-Duque también se le ha
metido en la cabeza otro problema, pues en medio del debilitamiento de su base
de apoyo, se vuelve real una amenaza o fantasma electoral llamada Gustavo Petro
quien, aunque representa un sector político con posturas centristas
equiparables a las del propio Sanders, las de López Obrador en México o Alberto
Fernández en Argentina, en el contexto de la tradición conservadora y
páraco-militar colombiana es traducido por ellos como si se tratara de una
verdadera “brisa bolivariana”, muy a pesar de los cuestionamientos mutuos entre
Petro y el Chavismo.
El conflicto militar abierto sería también una
solución para el partido Voluntad Popular de Leopoldo López y Juan Guaidó que
en medio del caos en que han sumido a la oposición venezolana irían a una
derrota miserable en las elecciones parlamentarias venezolanas de este año,
pues difícilmente podrán boicotear un evento que está marcado en el calendario
constitucional de ese país, así que mirando mejor las cosas, hay bases para
pensar que la mentada cuenta regresiva de los sicarios
mediáticos, tiene más lógica para estos señores que no quieren
someterse al veredicto de las urnas.
Solo la unidad, la resistencia
intransigente, la movilización y continuidad de las rebeliones e insurgencia
populares, anticapitalistas, antineoliberales, también las batallas electorales
progresistas y el acorralamiento de los regímenes de la ultraderecha, pueden
detener las agresiones del neofascismo al hacerle más costosas que beneficiosas
sus eventuales aventuras militares.
El autor
Economista y activista
dominicano.
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